miércoles, 21 de marzo de 2012

Obama y republicanos pelean por votos usando temas energéticos

BOULDER CITY, Nevada, EE.UU. .- Ante una nación de conductores cada vez más furiosos por los precios de los combustibles, el presidente Barack Obama y sus rivales republicanos se han lanzado de cabeza a la política de la gasolinera: los combustibles son también un asunto de primer orden en la campaña electoral. El presidente inició la defensa de sus planes energéticos esta semana al viajar a una planta de paneles solares en Nevada y luego a yacimientos de petróleo y gas en Nuevo México, así como la sede de un futuro oleoducto en Oklahoma cuya construcción la Casa Blanca promete acelerar.


Al mismo tiempo, el Partido Republicano y el principal aspirante a su candidatura presidencial, Mitt Romney, lo acusan de sofocar la producción nacional y apostar temerariamente a energías alternativas en lugar de la perforación petrolera tradicional.

Con la gasolina a 3,86 dólares el galón (1,02 dólares por litro) y con tendencia aparentemente
alcista, la opinión pública espera con impaciencia que Obama -u otro en su lugar- haga algo al respecto.

En verdad, el presidente tiene escaso control directo sobre los precios de la gasolina, que han aumentado más de 50 centavos el galón desde enero debido al enfrentamiento con Irán, que amenaza con trastornar la provisión de petróleo del Medio Oriente.

Conscientes de las críticas republicanas, los asesores de Obama piden a los votantes que adopten una posición compleja y lo conciban como un problema que requiere respuestas a largo plazo.

Saben que los discursos acerca de soluciones futuras no satisfarán a la gente que padece los precios altos, pero apuestan a que los votantes se inclinarán por el candidato en quien confían para resolver el problema y están resueltos a que ese candidato sea Obama.

Las encuestas revelan menor certeza. De acuerdo con un sondeo de CBS News y el diario New York Times, el 54% de los estadounidenses piensa que el presidente puede hacer mucho para afectar el precio de la gasolina, en tanto el 36% dice que está fuera de su control.

Otro sondeo más reciente, del Washington Post/ABC, halló que el 50% considera que el gobierno puede hacer algo para reducir los precios, mientras el 45% considera que el aumento está fuera del control de la Casa Blanca.

Obama ha insistido en que perforar para extraer más petróleo no basta para resolver los problemas energéticos de Estados Unidos ni reducir los precios. Acusa a los republicanos de proclamar que pueden "agitar la varilla mágica" para regresar a los tiempos de la gasolina barata y el miércoles los acusó de "falta de imaginación" sobre las energías alternativas.

"Uno pensaría que todos están a favor de la energía solar", dijo Obama en la planta solar Copper Mountain, la más grande del país con casi un millón de paneles. "Pero si algunos políticos lograran imponer sus puntos de vista, no habría más inversiones públicas en energía solar. Habría menos empleos nuevos". 

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